Si una banda de rock nos diera una buena dosis de rock, esa es Falling Doves, su sonido inspirado en bandas como Pink Floyd o Ramones y todo ese sonido que dio Inglaterra a finales de los 70 y principios de los 80.
Falling Doves nos da un buen rato de rock alegre para mover el piecito y para disfrutar en un buen bar de rock, de esos que están medio escondidos en la Condesa.
Platicamos en entrevista exclusiva para Rock Adictos con el frontman de la banda, Christopher Leyva, quien estaba muy contento y entusiasmado, ya que su último EP Electric Doves, lo grabaron en el mítico estudio Abby Road, comandado por el mismísimo Ruby Mazur, quien ha trabajado con las grandes bandas del rock “the Beatles” y “rolling stones”.
¿Cómo nace el proyecto Falling Doves?
Al principio fue complicado, pues aquí en Latinoamérica donde el pop es quien reina en todas las disqueras y te ponen a un productor tipo Benny Ibarra para que compongas tus canciones, fue difícil pues yo quería tocar solo rock, por lo cual algunas oportunidades no se dieron y me fui a Inglaterra, donde una discográfica pequeña me firmó, se regrabaron algunas de mis canciones y con una banda nueva, la cual lleva el nombre de un encabezado de un periódico mojado que vi antes de firmar con la disquera, donde daba la noticia de que muchas palomas caían muertas electrificadas en Italia y así es como nace Falling Doves.
¿Cuál es el secreto de la evolución del sonido de Falling Doves?
Sobre todo, es el rock que tienes ya dentro de ti, bandas que vas escuchando a lo largo de tu vida quienes te van nutriendo para que de esta manera poco a poco salgan esos sonidos, bandas con las que creciste en mi caso “The Beatles”.
¿Cuál fue el proceso con el cual se desarrolló este nuevo EP?
En pandemia fue complicado, pues no se podía entrar a un estudio de grabación en el confinamiento como tal, además de que a mí me toco grabar todo, guitarra, voz, batería, etcétera, pero de esta manera pude ir posteriormente a Abby Road, donde me sentí en una tesis musical, y con un ingeniero fue luego con el cual me pude graduar con una B+, tal cual, calificaciones de este tipo de pruebas.
Además de este último EP, Fallin Doves está girando por Estados Unidos y algunas partes de Latinoamérica ¿cómo ha sido esta jira con todo este asunto de la pandemia?
En este momento estamos realizando lo que podría ser un one-off es decir, seleccionamos los lugares y donde sea apto para tocar y si todo sigue como esta seguramente podremos ir a CDMX a finales de este 2021.
En este momento, el reguetón está en el mood de las audiencias jóvenes, en una época donde el perreo es quien lidera las pistas de baile, ¿cómo es tener una banda de rock de gira y sobre todo haber visitado Puerto Rico, cuna del reggaetón?
En realidad, como músico hay una incertidumbre de cómo el público va a recibir tu música, en el caso de la visita a Puerto Rico teníamos un poco de miedo al entrar a la cuna del reguetón, sin embargo, nos ganamos al público y considero que se debe a que la gente de estos países donde el reguetón ya los tiene desbordados, están buscando otro tipo de oferta musical.
¿Cuál es el aporte de Falling Doves al rock?
Considero que nosotros amamos mucho el sonido puro del rock, como lo es el estribillo, el requinto, la fórmula que lleva más de 70 años en los oídos de la gente que ama el rock, y la química la cual se basa en el show que damos en vivo.
¿Qué es lo que más resaltarías de esta última gira de Falling Doves?
Considero que el apadrinamiento de las grandes bandas inglesas como Echo & the Bunnymen, Peter Murphy de Bauhaus, con quienes hemos abierto algunos conciertos y considero que es la experiencia que pocos músicos que verdaderamente aman el rock las pueden tener.
Con un gran entusiasmo, Christofer se despidió de nosotros y nos dejó en claro que hay gente que aún se apasiona por el rock, que sigue en las trincheras de este gran género musical, que a pesar de que en este momento no tiene la fuerza que en los 70, pero que aún así, nacen nuevos proyectos que siguen dándole nueva vida y nuevos bríos al rock.